Puntos clave
- Las autoridades de Singapur están investigando a siete personas por presuntos servicios ilegales relacionados con la compra y venta de cuentas y tokens de Worldcoin.
- El gobierno advierte a los ciudadanos de que no transfieran el acceso a sus cuentas Worldcoin o World ID, alegando riesgos de uso indebido para actividades delictivas como el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo.
Se intensifica el escrutinio normativo
En una reciente respuesta parlamentaria, el Viceprimer Ministro y Ministro de Comercio e Industria de Singapur, Gan Kim Yong, abordó las crecientes preocupaciones en torno a las operaciones de Worldcoin en la ciudad-estado. La postura del gobierno se produce en medio de los desafíos regulatorios globales a los que se enfrenta el proyecto de criptomoneda en países como Colombia, Hong Kong, Argentina y Kenia.
Si bien Worldcoin en sí no entra en la Ley de Servicios de Pago de Singapur de 2019, las personas que compran o venden cuentas y tokens de Worldcoin pueden proporcionar servicios de pago sin licencia, que la ley local prohíbe.
Protección de datos y de los consumidores
La Comisión de Protección de Datos Personales (PDPC) supervisa el tratamiento de los datos personales de las organizaciones que operan en Singapur, incluida la información biométrica. Gan Kim Yong subrayó que las empresas que manejan datos tan sensibles deben aplicar medidas sólidas de protección de datos y seguridad para mitigar los riesgos asociados.
Las autoridades han advertido severamente al público, advirtiéndole contra la tentación de los incentivos monetarios por transferir el acceso a los monederos Worldcoin o World ID. El gobierno subrayó la posibilidad de explotar estas cuentas para actividades ilícitas, destacando la necesidad de que los consumidores estén atentos a la rápida evolución del panorama de las criptomonedas.
De cara al futuro
Mientras prosiguen las investigaciones sobre los siete sujetos, la respuesta del Gobierno de Singapur a Worldcoin pone de relieve el delicado equilibrio entre el fomento de la innovación en el sector de las tecnologías financieras y la protección frente a posibles amenazas a la integridad financiera y la seguridad de los datos personales. La situación nos recuerda los complejos retos regulatorios que plantean los proyectos emergentes de criptodivisas en la escena mundial.
